Uno de los puntos más importantes para entender la dureza de la postura de Alemania y los países en el centro de la Eurozona, de cara a lo que estamos viendo suceder con las negociaciones de la extensión del rescate de Grecia es que en esta mesa se negocia mucho más que Grecia y por muy buenas razones.
Es claro que en un momento de recuperación aún extremadamente frágil como lo es, la que está intentando cuajar la Eurozona (recuerde que apenas en la última reunión de política monetaria del Banco Central Europeo, anunciaron el inicio en Marzo de su versión de "Expansión Cuantitativa") jugar a hacerse el difícil con Grecia hasta el extremo de poder disparar su salida de la eurozona, no suena muy lógico.
Entonces si todo tan frágil, ¿por qué atraer incertidumbre a la Eurozona y no mejor ser un poco más condescendientes con Grecia?
En principio hay que entender que Grecia desde antes de la crisis sub prime había sido el socio "flojo" en el Eurogrupo, pero a partir del recrudecimiento de las condiciones financieras resultado de la última gran depresión, Grecia se ha convertido en un socio al que, salvaron en un principio por evitar problemas y al final de cuentas se ha convertido en un problema mayor.
2 gobiernos distintos han ascendido y perdido la cabeza durante esta larga crisis Griega, y el resultado invariable ha sido el mismo: Grecia debe someter a su pueblo a más austeridad y más restricciones, si es que quiere seguir siendo financiado por la Eurozona y el FMI.
La última elección en Grecia el pasado 25 de Enero fue sin embargo diferente en un punto: El pueblo griego estaba comenzando a gozar de los beneficios de su dolorosa austeridad y se sintieron curados, supongo. Grecia había vuelto a emitir deuda en los mercados financieros, a tasas aun altísimas si usted gusta, pero menos dramáticas de las que se le exigían hace un par de años (y ahora en las últimas semanas) y por lo tanto, la promesa de Alexis Tispras, radical de izquierda, y declarado enemigo de la Troika de Acreedores (el grupo de trabajo que los rescatistas de Grecia nombraron para revisarle la tarea y decidir si sus préstamos se liberaban o no) de retirar la austeridad de Grecia y financiarse fuera de su doloroso programa de rescate y con el la a veces humillante austeridad obligada, pareció más realista a los electores, y el pueblo cansado de 5 años de recesión, se decantaron por esta promesa anti austeridad, derrocando así, a Antonis Samarás.
Sin embargo, tan pronto se vio en las encuestas electorales la posibilidad real de una victoria para Tispras, las condiciones de crédito para Grecia se comenzaron a complicar, pues el mercado entendió lo que esto significaba: Grecia volvería a retar a sus acreedores y estos harían sentir el dolor a Grecia, para que una vez más, se comprometiera sin cortapisas a someterse a las repudiadas reformas pro austeridad.
Grecia ahora comandada por Tispras buscó una solución rápida, un préstamo puente que diera seguridad a los mercados financieros (y a sus propios depositantes del sistema bancario de Grecia, que dicho sea de paso, cada día es un zombie más muerto que vivo y al final este fue el punto clave para los avances del viernes 20 de Febrero, pues cuando Draghi le recalco lo apremiante de la salida de capitales que ya sumaban 20mil millones en la última revisión al sistema bancario griego, los socios aún más duros, accedieron a conceder con condiciones.). Tiempo extra que Tispras buscaba para calmar a los mercados en lo que negociaba con más tranquilidad las nuevas condiciones (más justas según los griegos, más irresponsables según los Alemanes).
El problema está en que la victoria electoral de las izquierdas radicales en Grecia, si se le asociaba a la obtención de concesiones, que parecerían un primer paso para relajar la disciplina fiscal impuesta por Alemania y los países del centro a los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y "Spain" osea España) presentaban el peligro de que esta actitud, más relajada, cundiera por la periferia de Europa, o dicho de otra manera: no se podía permitir crecer la idea del "Si votar por la izquierda en Grecia, los saco de la austeridad a ellos ¿nosotros por qué nosotros (portugueses, españoles, holandeses, etc) no haremos lo mismo?"
Y es que esta austeridad es dolorosa, pero ya mismo, se antoja como el camino de mejores probabilidades que le queda a Europa para zanjar sus problemas estructurales, que le han inducido una pobre competitividad (por décadas en algunos casos), casi la única salida. Porque el momento de optar por las teorías Keinesianas pro gasto de USA, el Reino Unido o Japón, implicarían tirar por la borda todo lo conseguido hasta ahora a costa de sudor y sangre. Y quién sabe si podrían resistir el cambio de juego.
Un ejemplo de esta asociación de "voto por izquierda y me quitas la austeridad" se notó de inmediato en el repunte en las preferencias electorales que recibió Podamos en España, el partido político que se hiciera conocido internacionalmente en las acampadas y que pasó de ser un partido minoritario, a el que destronara al PSOE que era la fuerza en el gobierno antes de la victoria de la ultra derecha de Rajoy y su Partido Popular.
Fue en ese termómetro del ascenso de Podamos seguramente, donde todos los acreedores de Grecia (tal vez menos Francia, que se ha mostrado más suave con el gobierno de Tispras, probablemente porque el gobierno de Holland también es de izquierda) recordaron claramente que a Grecia tal vez la pudieran seguir manteniendo, pero si España tirara la austeridad, y decidiera gastar como quiere Grecia, a España ni de chiste la podrían salvar. Recuerde que la economía de España mide 2 veces lo que las economías de Irlanda, Grecia y Portugal juntas.
Es por esto que, ante los desafíos que presentó a sus acreedores la juventud impetuosa de Tispras (de 40 años, un bebé para la medida de políticos), tales como el de declarar la cancelación de ciertas reformas estructurales en el mercado laboral griego y la recontratación de cientos de burócratas (victorias de la Troika conseguidas a costa de retrazar muchas veces los pagos programados de la asistencia a Grecia), apenas al día siguiente de que fracasaran las primeras negociaciones pro préstamo puente; Alemania y sus aliados en la visión pro – austeridad, no dejarían que Grecia ahora, aun cuando aceptara respetar las reglas ya impuestas (que esto aún no está del todo claro) de ninguna manera le dejarían facilidades que permitieran pensar, que por solo votar por el partido que prometa menos austeridad, esta llegará, fuera donde fuere.
Muy buena suerte y mejores trades.
Muchas gracias por ese libro tan chevere
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