En México el presidente a mediados de este 2013, emprendió una campaña por aumentar la productividad, “…somos un pueblo trabajador, pero necesitamos ser más productivos…” afirmó.
¿Pero en realidad entendemos lo que es ser productivos?
En el mundo de la economía la productividad es la relación que se logra entre la cantidad de bienes producidos y los recursos empeñados en obtenerlo.
¿Entonces el trabajador debe ser más productivo? ¡Absolutamente! Mientras más productivo sea más obtendremos a cambio del jornal que se le paga. ¿Es culpa del trabajador ser improductivo? ¡No necesariamente!
Deje ponerle un ejemplo práctico para que entienda lo que es la productividad.
Suponga usted que contrata a una secretaria, y le pide que tenga una cantidad de documentos redactados e impresos, listos para mandar en determinado tiempo. La cantidad de tiempo que le tome a su secretaria producir dichos documentos dependerá de varios factores, entre ellos, claro que estarán la capacidad y empeño que ponga para tener su trabajo a tiempo, pero no es lo único que determinará el tiempo que tarde en producirlos. Suponga usted que tiene a la secretaria ideal, aquella que no cesa de trabajar hasta tener las cosas listas, es excelente mecanógrafa en fin, que la parte que a la secretaria corresponde es inmejorable… pero… si la pone a escribir las cartas usando una computadora de esas, que por viejas y tartajosas, se apaga cada vez que alguien pasa cerca de su escritorio o que simplemente de pronto se congela sin previo aviso… La cantidad de oficios que pueda redactar en una hora (digamos) será considerablemente menor, si ha tenido que repetir más de una vez la redacción de alguno de los documentos debido a los desperfectos inherentes al usar una vieja computadora, hacen que su trabajo se vea entorpecido. En cambio, si usted le tiene una computadora rápida y en perfectas condiciones, que por lo tanto no solo no se congela o se apaga sola de vez en cuando, si no que, cada vez que abre un archivo o le pides que realice alguna función como cambiar los tipos de letra, sin importar lo extenso del documento, lo realiza en instantes… su secretaria bajo esas condiciones será más productiva.
Es decir, la productividad también depende de las cosas con las que trabajamos. Un ejemplo clásico de economía para explicar la productividad es el siguiente: Si tu eres pescador y no tienes herramientas para pescar, probablemente puedas conseguir unos pocos pescados en un arduo día de trabajo, pero si lograras hacerte de una caña de pescar, sería más fácil para ti pescar y por lo tanto laborando el mismo tiempo, obtendrías más pescados, e incluso si en lugar de solo tener una caña, consigues hacerte de una lancha y unas cuantas redes, podrías entonces pescar cantidades mucho mayores. Podríamos seguir avanzando en el ejemplo hasta terminar con tecnologías de pesca masiva, que en un instante lograran superar fácilmente lo que al más experto, le tomaría pescar en un año sin herramientas.
A estas herramientas se le llama estructura de capital, y mientras más compleja y amplia, es de esperarse que la productividad sea mayor. El asunto es que para poder hacer más amplia y compleja la estructura de capital, se requiere de dinero con qué pagarlo, financiamiento vamos, y en eso es en lo que hay que trabajar para poder ser más productivos.
Todas las economías ganan y consumen, pero dependiendo de la capacidad que tienen en aumentar el monto de lo que consumen en bienes de capital o de orden mayor (como lo es la estructura de capital) versus lo que destinan en bienes de consumo o de orden menor (como lo que compramos cotidianamente para vivir) se determinará en última instancia, qué tan productivas se vuelvan.
Así que la próxima vez que escuche que se necesita hacer a México o algún otro lugar, más productivo, ya sabe que no se refiere a cuánto trabaja su gente (que por cierto en los países de la OCDE México es de los que más trabajan) si no a qué tanto puede lucir su trabajo, es decir, hacerlos más productivos.
Los dejo con este videito que resume perfectamente la idea
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